Columna de Opinión: Territorio Resiliente

Por Eva Bahamonde T. @EVAGABRIELABT  Asistente Social de profesión y oficio

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Me imagino nuestro territorio en su crecimiento y desarrollo regional, y en él veo un territorio resiliente, capaz de adaptarse a los cambios y aprendiendo de los errores cometidos en el pasado, un territorio que se pueda planificar desde una mirada sostenible con un enfoque de desarrollo políticamente transversal, estratégico, desarrollando su crecimiento, respetando y re-valorando el medioambiente, abordando la inseguridad alimentaria, el cambio climático, el rescate de la biodiversidad.

Nosotros conocemos cuáles son nuestras bases geográficas, se han hecho estudios geológicos, paleontológicos y puede ser una gran apuesta, integrando la ciencia, la academia, pero por sobre todo que con el conocimiento de las personas que habitan nuestro hábitat, desde antaño, podamos implementar enfoques de inversión regional, adaptando nuestras políticas públicas centralistas a nuestra realidad regional.

Creando fuentes laborales sin pasar a llevar nuestros ecosistemas, sino todo lo contrario, financiando iniciativas que lleven consigo un objetivo de desarrollo sustentable.

Resolviendo cada desafío, involucrando el dialogo social, la participación inclusiva y por sobre todo la integridad de nuestro territorio como valor fundamental, priorizando objetivos que comiencen desde las dimensiones ambientales y la riqueza de nuestros recursos naturales.

La ultima definición de salud mental delMinisterio de Salud (2018), incluye que el cómo nos relacionamos con el medioambiente también es parte fundamental de la salud mental, es por ello que no se aleja de la realidad de desarrollo territorial, que uno de los objetivos se encuentre priorizando el cuidado, respeto y protección de nuestros ecosistemas.

La definición textual dice: “Contribuir a que las personas, las familias y las comunidades alcancen y mantengan la mayor capacidad posible para interactuar entre sí y con el medioambiente, de modo de promover el bienestar subjetivo, el desarrollo y uso óptimo de sus potencialidades psicológicas, cognitivas, afectivas y relacionales, el logro de sus metas individuales y colectivas, en concordancia con la justicia y el bien común.”

Es vergonzoso cómo en redes sociales, a diario suben fotografías denunciando los basurales, micro-basurales, playas contaminadas, animales tragando plástico. Como no se toma conciencia del daño irreparable que es para nuestro territorio la tala de árboles, la quema de bosques. Hay demasiado de “la cultura de la basura”.

Debemos conseguir un equilibrio inteligente entre lo social, económico y medioambiental, resignificando nuestra ruralidad, el campesinado y considerando trabajar en solucionar problemas, a través de vínculos socio territoriales, asegurando la participación de todas las personas involucradas en los procesos.

Gobernanza, cohesión social, son enfoques en los que se tiene experiencia previa. Se innovó, en el segundo periodo de laPresidenta Bachelet, recorriendo el territorio, levantando las demandas y creando el Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas, más conocido como PEDZE. Se hicieron encuentros masivos con la comunidad, el primero, conociendo las demandas históricas de cada comuna en conjunto con los municipios y la ciudadanía. El segundo, con la metodología “café del mundo”, informando cuáles eran las iniciativas viables de financiar y cuáles ya estaban en ejecución, y el tercero, fue accountability social. Todo financiado por la Subdere, para dar cuenta a la ciudanía del proceso, metodología diseñada para fortalecer y generar las confianzas necesarias y seguir trabajando en el desarrollo de las comunidades, con las comunidades.

Esa información recogida es un valioso instrumento de planificación territorial participativa y es lo que aboga por una visión sistémica de nuestras localidades, respetando el entorno y generando justicia social. Un ejemplo claro es la cantidad de soluciones sanitarias, de infraestructura, conectividad, agrícolas y sociales que se financiaron con este plan, en lugares que jamás sería rentable poder invertir. Cómo se pudo ampliar la cobertura y la inversión del PEDZE, con mujeres rurales fortaleciendo la agricultura familiar campesina, impulsando el cultivo de frutales menores y productos forestales no madereros.

Haber conocido y haber sido parte del monitoreo de esa cartera de proyectos, me hace soñar con ese desarrollo regional, pensado y creado por las personas de nuestro territorio con el lenguaje común del profesional y funcionario, que por años conoce la demanda y sabe cuáles son las necesidades en un trabajo colaborativo.

Así no solo se incrementa la calidad de vida de los habitantes sino que además laposición estratégica en sus propios territorios. A eso llamamos cohesión social. Reforzando el dialogo, las confianzas, incrementando los poderes de negociaciónen pro del desarrollo, con visión de futuro y respetando nuestra naturaleza, vinculando tradiciones, saberes y capacidades locales, innovando y creando capacidades de gestión, organización y relacionándonos como un todo. ¡Viva Chile desde el territorio!

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